miércoles, 12 de diciembre de 2018

LAS LLAVES DE LAS BENDICIONES


LAS LLAVES DE LAS BENDICIONES.- Ser humilde y sin engaño delante de Dios, y recibir de su Espíritu, sí, del Consolador, quien manifestará al humilde, la verdad de todas las cosas, y le indicará en la hora precisa, lo que ha de decir. Y éstos, sanarán a los enfermos, echarán fuera demonios, y serán librados de los que quieran administrarle veneno mortífero; y serán conducidos por sendas donde la serpiente venenosa no podrá herir su calcañar; y se remontarán en la imaginación de sus pensamientos como si fuera en alas de águila. Y si el Señor dispone, que resuciten a los muertos, así será hecho, pues no detendrán su voz.
Existen bendiciones menores, o seccionadas, para aquellos que obedecen las leyes de Dios; porque cuando se recibe una bendición de éstas, es porque se obedece la ley sobre la cual se basa tal bendición.
En cambio, el humilde y limpio de corazón, sobrepasa todo esto; de manera que su bendición, trasciende los límites de lo natural, de lo cotidiano y de lo temporal; porque el Señor comparte con él, algo de su misma esencia.

viernes, 7 de diciembre de 2018

LA TIERRA DE SINIM


LA TIERRA DE SINIM.- Asì se llama el lugar donde se encuentran las tribus perdidas de Israel. La mayor parte de la gente, no conoce el lugar, porque no forma parte de la superficie de la Tierra; sino, que se halla en los costados de la Tierra. Algunos llaman a este lugar PACHANA, porque a los pocos habitantes de las tribus, que salìan a la superficie, les llamaban LOS HOMBRES DE PACHANA. Dentro de poco, o mejor dicho, para los ùltimos tiempos, los redimidos del Señor saldràn de todos los rincones, y se juntaràn en un solo lugar: Saldràn de lejos, del norte, del occidente, y de la tierra de Sinim. El Señor llama a estas personas de las tribus perdidas, LOS PRESERVADOS DE ISRAEL, por cuanto no se les dejò a merced de las diferentes civilizaciones que poblaban la tierra, con sus idolatrìas y costumbres mundanas, sino, que se les preservò llevàndolos a Sinim, donde no habìa otra gente que pudiera contaminarlos.