martes, 24 de octubre de 2017

JUAN, EL APÓSTOL

   


JUAN EL APÓSTOL Me entristece leer algunos textos, que hablan de la muerte de Juan, el Apóstol de Jesucristo. Ahora quiero decirles por enésima vez, que Juan, el amado, no probó la muerte, él fue vivificado, o transportado al cielo, donde su cuerpo recibió cierto tratamiento que lo hizo inmune a la muerte, a la enfermedad, al envejecimiento y al dolor físico. Luego fue devuelto a la tierra, para cumplir con cierta misión que le fue encomendada. Juan, no tiene necesidad de alimentarse, porque tampoco está sujeto al hambre o a la fatiga; pero sí puede comer y beber si lo desea. Juan, puede presentarse a cualquier persona que el Señor juzgue conveniente, y hablar con esa persona cara a cara; aunque él no tiene necesidad de hablar para comunicarse, pues sabe hacerlo de mente a mente, especialmente, con las personas puras. este Apóstol, estuvo entre las Diez Tribus Perdidas de Israel y hoy está en las Américas, aunque puede trasladarse en cuestión de segundos, a cualquier parte del mundo. Una de las pruebas de su existencia súper longeva, son los escritos de su puño y letra, que datan de varios siglos posteriores a la muerte de Cristo. Y aunque muchos quieran darle explicaciones a este fenómeno, lo cierto es que él vive, y que un día, no muy lejano, se presentará ante nuestro mundo civilizado, con muchas profecías, las últimas para nosotros, las mismas que antecederán al retorno de las Tribus Perdidas de Israel, por el país del norte. Juan, sólo sufre por los pecados del mundo. En forma velada, se halla parte de esta información, en los últimos versículos del Evangelio de Juan. 

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