AÚN HASTA LA MUERTE
AÚN HASTA LA MUERTE.- El Señor ha decretado en su corazón, probarnos en todas las cosas, para ver si permaneceremos en su Convenio, aún hasta la muerte, a fin de que seamos hallados dignos de ingresar al Reino Celestial. En estos tiempos tan agitados, nos dice que cuando los inicuos reinan, el pueblo se lamenta. Por tanto, debe buscarse diligentemente, a hombres honrados y sabios, y apoyar a hombres buenos y sabios; lo que sea menos que esto, del mal procede. Nos da el mandamiento de desechar todo lo malo, y que vivamos de acuerdo con toda palabra que sale de la boca de Dios. Porque Él dará a los fieles, línea por línea, precepto tras precepto, y con eso, nos pondrá a prueba. No sólo se obedecen los mandamientos por un tiempo, sino, toda la vida. Aún cuando seamos muy mayores, debemos guardar la Ley de castidad, como si fuéramos doncellas, por ejemplo. Nuestra determinación de guardar todos sus Convenios, va más allá de la muerte, su trascendencia es eterna, y su valor es incalculable. Si hemos pecado, nos podemos arrepentir, y retomar el camino de la rectitud, procurando no volver a caer.
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