TODA CARNE SE HABÍA CORROMPIDO

TODA CARNE SE HABÍA CORROMPIDO.- Cuando el Señor vio que toda carne se había corrompido, envió el diluvio a la tierra, y sintió mucho pesar en su alma. Enoc, vio llorar a Dios, a causa del diluvio. Pero ¿cómo es que se corrompió toda carne? Los hombres se volvieron carnales, sensuales y diabólicos, no sólo los hombres, sino también las mujeres. Perdieron el autodominio, se volvieron incontinentes ante sus pasiones y sus deseos carnales; comenzaron a tener relaciones sexuales indiscriminadamente, cada quien con su prójimo; no pudieron refrenar sus deseos y cedieron a las tentaciones de la carne, sin miramientos de parentesco y/o amistad; todo negocio y/o trato, estaba relacionado con el sexo, de por medio. Hoy en día, el hombre va por el mismo camino que conduce a la destrucción; la justicia se administra descaradamente con arbitrariedad; los favores sexuales valen más que la honestidad, y se imponen ante cualquier otra circunstancia. El hombre, como caballo desbocado, busca el sexo en todo lo que mira, tratando de conseguir una oportunidad de satisfacción; y sólo unos pocos, esquivan esta gran tentación. Los hombres más valientes y valiosos, son los que saben decir NO, aún cuando la mujer se les insinúe; pero que escasos que son, pues como el oro de Ofir; y por eso, recibirán grandes coronas de vida eterna; igualmente, la mujer virtuosa, que vive apartada de la promiscuidad.