LAS OTRAS OVEJAS
LAS OTRAS OVEJAS.- Después de su resurrección, el Señor Jesucristo visitó a sus otras ovejas; las de América y las de las Tríbus Perdidas. En cada uno de esos lugares, Él llamó y ordenó a doce discípulos, y con esa autoridad que les otorgó, ellos ministraron a otras personas. El mismo Señor Jesucristo, estuvo en medio de ellos. Se arrodillaron y oraron. Jesús los bendijo mientras le dirigían sus oraciones; y la sonrisa de su faz fue sobre ellos; y los iluminó la luz de su semblante. Esa sonrisa luminosa, fue suficiente para que en ambos lugares, sus discípulos fueran llenos de gozo y de entusiasmo por servir al Señor y trabajar diligentemente en su obra. Hoy, que el fin se acerca, muy pocos obreros quedan en la viña del Señor; por eso nos llama, para que pongamos el hombro y trabajemos junto con Él. No hagamos oídos sordos a su llamado; porque al fin de cuentas, sólo el Señor será quien tenga el poder para salvarnos o para condenarnos. Ningún hombre, por muy poderoso que parezca durante su permanencia en la tierra, tendrá poder alguno para decidir nuestro destino eterno. Somos sus ovejas, sigamos al Buen Pastor, él nos conoce, no desoigamos su voz.
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