HASTA LA EFUSIÓN DE SANGRE
HASTA LA EFUSIÓN DE SANGRE: El Señor nos dice: "Defenderéis a vuestras familias, aún hasta la efusión de sangre". Lo que quiere decir, que si una persona mata, por defender a su familia, dicha acción no cuenta como pecado para Dios. Claro está, que esto no debe servir de pretexto para cometer excesos. Por ejemplo, aquellas madres que matan a un individuo, porque lo encontraron violando a uno de sus menores hijos, está en su legítimo derecho de matarlo, y por tanto, no deberían darle pena de cárcel, ni ninguna otra pena. Sin embargo, las leyes de los hombres condenan injustamente tal accionar de los padres, que ejerciendo su legítimo derecho, al defender a sus hijos, a su esposa, a sus padres o hermanos, llegan a matar a sus agresores. Matar por defender a su familia, es como matar en defensa propia. Se hace necesaria una revisión y estructuración de las leyes terrenales, en este sentido, para que puedan estar en la misma frecuencia de las leyes de Dios.
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