¿POR QUÉ CEDER?
¿POR QUÉ CEDER? Por qué tenemos que ceder al pecado, a causa de nuestra carne? ¿Por qué hemos de sucumbir a las tentaciones, de modo que el maligno tenga lugar en nuestro corazón, destruya nuestra paz y contriste nuestra alma? Hora de despertar; si hasta aquí hemos cedido livianamente, siempre podemos tomar unos minutos para meditar y decir: NO MÁS; se acabó, a partir de este momento, no daré gusto al enemigo de mi alma, sino, que agradaré al Señor. Mas aún, si Él ha oído mi clamor durante el día, y me ha dado conocimiento en visiones durante la noche. Nuestra confianza se fortalece en ferviente oración ante Él, y cuando tenemos el firme propósito de guardar sus mandamientos en todas las instancias, arrepintiéndonos de las cosas que hayamos hecho mal. Sólo cuando pasemos el velo de la muerte, sabremos que valió la pena dejar de ceder a tentaciones del enemigo, para allegarnos a la gracia de Dios
0 Comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Comentarios de la entrada [Atom]
<< Página Principal