viernes, 10 de noviembre de 2017

BENDICIONES Y MALDICIONES


BENDICIONES Y MALDICIONES.- Ambas vienen de la mano de Dios. Nadie más está facultado para maldecir, sino Dios, y a veces lo hace a través de sus siervos, los profetas. Por lo general, esto funciona en forma automática; porque las leyes han sido dadas, con su bendición implícita, si la obedecemos; y su consecuente maldición, en muchos casos, si no la obedecemos. Nadie tenga miedo a las maldiciones de las personas, ni a los gitanos, ni a nadie, porque ellos no están facultados para maldecir. En el caso de los justos, el Señor justifica muchas veces sus palabras; porque sabe que ellos no harán ni dirán cosas que sean contrarias a los deseos de Dios. Aparte de las bendiciones y maldiciones que traen las Leyes, existen también ciertas bendiciones y maldiciones individuales; que no tienen carácter general. Por ejemplo: Caín fue maldecido, para que su descendencia fuera de piel negra (raza negra) y para que no tuviera derecho al Sacerdocio, de generación en generación. José, fue bendecido, para que su descendencia gozara de las bendiciones que le fueron dadas a él; como ser la interpretación de sueños, el tener visiones y revelaciones, siempre que éstos, guardaran los mandamientos como lo hizo José. Dentro del Sacerdocio, se dan bendiciones por inspiración, por lo que el Sacerdote, sirve como catalizador de la voluntad de Dios, para las personas que reciben esas bendiciones. Existen muchas promesas de bendiciones en las Escrituras, si somos capaces de escuchar y obedecer el consejo del Señor.

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