EL ABANDONO

EL ABANDONO.- Dios nos abandona, cuando nuestras iniquidades llegan al colmo; y para que su espíritu vuelva a estar con nosotros, tenemos que arrepentirnos de las cosas que estamos haciendo mal, restituir los daños causados y enmendar los errores. Al estar abandonados por Él, puede sucedernos cualquier cosa, porque quedamos abandonados a nuestra suerte; ya no tendremos esa influencia positiva que nos inspire a hacer lo bueno o que nos oriente cuando tenemos dudas. Es por eso, que los abandonados, ya no sienten remordimiento por obrar mal; es como si tuvieran callo en la conciencia, que ésta no les remuerde, ni les preocupa los daños que puedan causar a otras personas. No importa cuán tremendos sean nuestros pecados, siempre podemos arrepentirnos y volver a tener la compañía del Espíritu Santo, sólo depende de nosotros. Esto, siempre y cuando, no hayamos cometido uno de los dos pecados imperdonables: Derramar sangre inocente, y/o negar al Espíritu Santo.